Tanto como entrante, como aperitivo o como guarnición, este aliño es tan fácil de hacer y al mismo tiempo tan sano, que merece la pena hacerlo en cualquier momento.
Ingredientes:
- 4 ó 5 zanahorias grandes
- Medio vasito corto de aceite
- Un diente de ajo
- 3 cucharadas soperas de vinagre de roble
- Una cucharadita de orégano
- Media cuharadita de comino
- Media cuharadita de pimentón
- Perejil
- Sal
Elaboración:
Pelar y cortar la zanahoria en rodajas no muy finas. Ponerlas en un cazo o una cacerola con agua, añadir sal y cocer durante 5 minutos desde que empiece hervir.
Es conveniente ir vigilando la textura de la zanahoria, porque debe quedar "al dente", nunca blanda. Preferiblemnte que quede durita.
Mientras se cuecen, preparar en un bol el aliño que va a llevar la zanahoria: el ajo muy picado, el orégano, el comino, el vinagre, dos o tres cucharaditas del agua de la zanahoria cocida, un poquito de sal, aceite y perejil picado. Remover bien.
Una vez escurridas las zanahorias y aún templadas, aliñar con esta mezcla. Probar y rectificar en lo que creas necesario. Esperar a que se enfrie, meter en el frigorifico, tapar con un papel film y servir una vez que se hayan macerado y se hayan acentuado los sabores.