Se trata de una carne gelatinosa cuyas proteínas son de menor calidad, pero es una carne diferente que aporta vitaminas del grupo B, hierro, fósforo, zinc, sodio y potasio y contiene gran cantidad de colágeno; llegando a ser, si se saben cocinar, un manjar muy apreciado en la gastronomía española. En este enlace puedes conocer sus beneficios.
Ingredientes:
- 3 ó 4 manitas de cerdo
- 3 ó 4 trocitos de costillas ibéricas
- Medio vasito de aceite de oliva virgen extra
- Un vasito de vino blanco
- 4 rodajas de chorizo
- 4 rodajas de morcilla
- 2 tomates de peras grandes y maduros
- Un pimiento verde grande
- Una cebolla grande
- Tres dientes de ajo
- 1/2 cucharadita de pimienta en grano
- 1/2 cucharadita de pimienta en grano machacada
- Una cucharadita colmada de pimentón
- Una guindilla
- Sal
Elaboración:
Una vez más, y después de haber visto muchas recetas y formas de cocinar las manitas de cerdo, he optado por hacerlas "a mi manera". Me gusta hacerlas y servirlas al día siguiente.
Comprar las manitas ya limpias y pedirle al carnicero que corte cada una en cuatro trozos, quitándoles también las uñas. Lavarlas bien, escurrirlas y poner en una olla cubriéndolas de agua. Añadir el vasito de vino y un puñadito de sal. Dejar hervir durante 2 minutos y tirar el agua. Enjuagarlas y reservar.
Trocear las cebollas y el pimiento, rallar el tomate y cortar los ajos a trocitos. Poner el aceite en una olla a a presión. Agregar las manitas, las costillas, las rodajas de chorizo y de morcilla. Añadir la cebolla, el pimiento, los ajos y los tomates.
Echar media cucharadita de pimienta en grano. Machacar en un mortero otra media cucharadita de pimienta en grano y agregarla también, procurando que la pimienta no quede muy molida. Añadir el pimentón, una cucharadita de sal y la guindilla. Remover todo.
Echar agua hasta que quede al nivel de estos ingredientes. Volver a remover bien y poner a fuego fuerte. Tapar la olla y cuando la válvula empiece a dar vueltas, poner a fuego medio y cocinar durante hora.
Apartar y pinchar las manitas para comprobar si están tiernas. Si no es así, ponerlas un poco más al fuego y, si fuera necesario, añadir más agua caliente. Probar de sal.
Como decía antes, me gusta poner este guiso en una funte con fondo, dejar que se enfríe, meter en el frigorífico y servir y comer al día siguiente.
Un buen acompañamiento para este plato son las patatas fritas.