Exquista carne con el toque agridulce de las ciruelas y el sabor de los piñones, que con el acompañamiento de las patatas asadas, es una delicia poder degustar.
Ingredientes:
- 2 solomillos de cerdo
- 3 cucharadas de ceite de oliva virgen extra
- 200 ml vermut negro
- 1 naranja mediana (el zumo)
- 1/2 cebolla
- 1 diente ajo sin el germen
- 1 cucharada sopera piñones
- 8 ciruelas pasas
- 50 ml. de caldo de carne o la misma cantidad de agua y ½ pastilla de caldo concentrado
- Sal
- Pimienta negra
Para las patatas asadas:
- 500 gramos de patatas
- 2 cucharadas soperas aceite oliva virgen extra
- 6 dientes de ajo con piel
- Mantequilla (25 gramos)
- Una rama de tomillo
- Una cucharada de perejil fresco
- Sal
Elaboracion:
Salpimentar los solomillos y dejar macerar en un recipiente con el zumo de naranja y los 200 ml. de vermut negro.
Cubrirlos y dejar en el frigorífico durante 3 horas. Cada 30 minutos le iremos dando vueltas, para que los solomillos absorban bien la marinada.
Transcurrido el tiempo de la maceración, poner una cazuela al fuego con el aceite y cuando esté caliente, añadir los solomillos y sellarlos a fuego medio por todos los lados.
A continuación, sacar los solomillos y en la misma sartén picar las cebollas y el ajo muy menuditos y rehogar durante 2 ó 3 minutos. Añadir la marinada y el caldo de carne.
Cuando haya hervido un par de minutos, meter los solomillos durante 15 minutos a fuego medio dándole vueltas de vez en cuando.
A mitad de esta cocción, añadir las ciruelas y los piñones. Y ya tendremos preparado nuestro solomillo al vermut, listo para degustar. Rectificar el punto de sal en el caso de que sea necesario. A la hora de servir el plato, cortar los solomillos en rodajas gruesas y rocíar por encima la salsa donde se han guisado los solomillos junto con las ciruelas y los piñones.
Para preparar las patatas: pelarlas y cortarlas en gajos gruesos a lo largo. Pasarlas por agua para eliminar el almidón y secarlas con un papel absorbente.
En una sartén muy caliente echar una pizca de aceite de oliva y saltearlas a fuego muy vivo, justo para colorearlas, puesto que las haremos en el horno más tarde.
Bien tostadas, pero crudas en su interior, colocarlas en una rustidera y meter en el horno, sazonar y añadir por encima los dientes de ajo sin pelar, la rama de tomillo y la mantequilla en dados. Es importante que todas las patatas toquen el fondo de la rustidera, que no estén amontonadas, para que se asen bien.